Mirar con los ojos de un niño

Mi nombre es Silvia y soy maestra de Educación Infantil, para mí una etapa maravillosa, sensible, apasionante, llena de luz y de magia, de ternura, inocencia, fantasía, creatividad, cooperación, ensueño, alegría; en la que los protagonistas son vuestros pequeños tesoros que poco a poco van creando su propia identidad, siendo conscientes de que son personitas independientes capaces de pensar y hacer por sí mismos.

 

Seguro que muchas veces habréis escuchado la preciosa expresión “mirar con los ojos de un niño”, pero…¿realmente os habéis parado a pensar en ello? Quizás algunos ya estéis pensando en que “si viéramos el mundo con los ojos de un niño, veríamos la magia en todo” o que “mirar con los ojos de un niño es descubrir todo lo bueno de la vida”. Y realmente es así, los ojos de los niños brillan de asombro con las cosas más simples. Es cierto, que les maravillan los juguetes, la televisión…pero les maravilla aún más comprender y descubrir aquello que está a su alrededor, es realmente impresionante ver cómo se asombran cuando son capaces de entender una pequeña parte de su mundo. Los niños son energía, son imaginación en estado puro y a su lado todo parece posible.

 

Si fuéramos capaces de mirar con los ojos de un niño se nos quitarían muchos miedos que tenemos como adultos, miedos que vienen de nuestras vivencias, experiencias…pero quizás debemos pensar en si estas experiencias son experiencias de niños o de adultos… Los miedos de los niños muchas veces nos parecen irracionales, insignificantes, fantásticos y surrealistas; pero son sus miedos, miedos de niños, esos miedos que vienen de sus experiencias, aunque la mayoría sean fantásticas. Sus miedos nada tienen que ver con los nuestros y los nuestros…¿son reales o puede que sean igualmente irracionales o fantásticos vistos desde el prisma del niño?

Por eso, es importante pararnos a pensar si nuestros miedos con respecto a nuestros hijos son reales o son miedos nuestros, de nuestra mirada de adultos…

 

De igual modo ocurre con nuestros pensamientos ante determinadas situaciones a las que se enfrentan nuestros pequeños cada día. Os invito a que os paréis por un momento a pensar e intentar observar con los ojos de un niño… Quizás nosotros como adultos percibimos, interpretamos y asimilamos las cosas de manera diferente. Quizás me equivoco…pero en muchas ocasiones es realmente maravilloso pararse un momento. Pero incluso en las pequeñas cosas del día a día… Las prisas, el trabajo, etc. hacen que pasemos por alto pequeños momentos que para nuestros hijos pueden ser asombrosos y tremendamente gratificantes. Y en este sentido no podemos olvidar el juego. El juego es el medio que tienen los niños para descubrir el mundo que les rodea, desarrolla todo tipo de capacidades y habilidades (sociales, cognitivas, motrices, emocionales…) y a la vez es su forma de expresarse y comunicarse. Juguemos con ellos, contagiémonos de su energía y ellos nos cederán su imaginación, a su lado todo parece ser posible. Debemos observarles y escucharles más, porque de esta manera recibiremos grandes lecciones y aprendizajes. Y quizás así seremos capaces de acercarnos un poquito más a esa mirada de niños, dejando nuestros miedos y pensamientos de adulto a un lado y comprenderemos mejor su mundo, ese mundo inocente, amable y mágico que debería acompañarnos siempre.

 

SILVIA GARCÍA LÓPEZ

MAESTRA DE EDUCACIÓN INFANTIL