Beneficios de la danza

Según los investigadores, la danza ha acompañado al ser humano desde la Prehistoria, constituyendo una herramienta de comunicación capaz de expresar sentimientos y estados de ánimo a través del movimiento. La representación de figuras bailando encontradas en cuevas prehistóricas o en enterramientos egipcios son una prueba de que la danza ha sido utilizada en rituales y ceremonias sociales desde hace miles de años.

En la Antigua Grecia comenzó a considerarse la danza como una de las principales artes.

Durante la Edad Media la danza siguió evolucionando y formando parte de la cultura del pueblo llano, a pesar de ser muy criticada por la Iglesia.

En el Renacimiento, paralelamente a las danzas populares con las que en cada región el pueblo celebraba sus fiestas, creció enormemente el interés por la danza en el ámbito de la nobleza. Surgen los primeros manuales, que gracias a la imprenta comenzaron a difundirse por toda Europa. Todos los nobles debían conocer las danzas de moda para poder participar en los bailes que tenían lugar en los salones de las distintas cortes.

Así, muchos bailes populares se fueron transformando en danzas cortesanas y ello contribuyó al desarrollo del repertorio instrumental del siglo XVI, gran parte de él compuesto por piezas de danzas.  Estas piezas instrumentales ( pavana, allemanda, gavotta, minueto, bouree, giga, chacona, sarabanda, etc) dieron lugar a la Suite del periodo Barroco.

Podríamos seguir resumiendo la evolución histórica de la danza, pero mejor vengamos al presente, a nuestra realidad escolar.

La práctica de la danza en las clases de música tiene un enorme potencial. En el aspecto musical, favorece el desarrollo del oído, del sentido del ritmo, de la memoria, la atención, la asimilación de la forma en la que se estructura una pieza musical (partes, frases, motivos), etc.

Por otra parte a través de ella favorecemos la autoestima, la confianza y la aceptación del propio cuerpo y nos ayuda a expresar y compartir nuestra creatividad.

Además, contribuye a que los alumnos conozcan y aprendan a respetar, tanto el patrimonio cultural de nuestro país, como el de otras culturas.

Pero además, hay un aspecto muy importante de la danza que conviene resaltar, y es su capacidad para favorecer la comunicación y las relaciones sociales. Para realizar una danza en grupo es necesario la colaboración de todos. El esfuerzo y concentración de cada individuo contribuye al éxito del resultado final.

Esa implicación de los miembros del grupo consiguiendo sincronizar sus movimientos con la música, así como el contacto físico (por ejemplo, agarrarnos de las manos), o simplemente el intercambio de miradas, contribuye a crear lazos emocionales entre ellos.

A menudo realizamos danzas que ya están pensadas para que continuamente se produzcan intercambios entre parejas.  Precisamente para favorecer las relaciones sociales. Así, todos bailan con todos. Es una práctica muy común en bailes tradicionales y también se hacía con frecuencia en las danzas renacentistas mencionadas anteriormente.

José María Rosado

Profesor de Música en Infantil y Primaria